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Todo lo que puedas imaginar para tu gato, si existe, lo encontrarás aquí.
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La comunicación felina es en gran parte no verbal, aunque de vez en cuando los gatos pueden usar ruidos especiales, como aullidos, gruñidos, silbidos y maullidos, para expresar su punto de vista. Sin embargo, tu gato habla contigo todo el tiempo. ¿Entiendes lo que está diciendo?
Puede ser difícil para nosotros captar las señales sutiles que indican cuándo nuestros gatos se sienten angustiados o ansiosos. Las advertencias que dan los gatos no son siempre obvias para el ojo inexperto.
Desafortunadamente, esto significa que pueden pasarse por alto estas señales como insignificantes, hasta que el gato progresa a signos más evidentes de angustia, como intentos de luchar o huir en pánico.
Debido a que las señales de comunicación felinas se malinterpretan fácilmente, o se omiten por completo, a los gatos a menudo se les etiqueta incorrectamente como temperamentales y malhumorados.
Si bien ciertos comportamientos pueden servir como pistas para el estado mental de tu gato, ninguno de ellos debe malinterpretarse de manera aislada.
Los gatos también pueden enviar señales confusas si no están seguros de una situación, por lo que los ojos y oídos de tu gato pueden decir «estoy relajado», pero la postura de su cuerpo y su cola pueden indicar lo contrario.
Una vez que sepa a qué atenerse, descubrirá que su gato le está hablando casi constantemente. Aquí te descubrimos cinco formas comunes con las que tu gato te «habla» y lo que intenta decir cuando lo hace.
La cola de tu gato puede ayudarte a medir cómo se siente en una situación determinada, desde relajado y cómodo hasta asustado y agitado. Es importante tener una buena idea del temperamento promedio de tu gato, medido por la altura a la que lleva su cola cuando está relajado, para poder juzgar cuándo se siente ansioso o inquieto.
Cuando un gato está contento, suele mantener la cola en alto, con una ligera contracción o curvatura hacia delante. Una cola que se mueve nerviosa, es un signo de interés; puedes observar esto cuando tu gato está mirando intensamente a un pájaro a través de la ventana o jugando con un juguete (especialmente justo antes de que se abalance contra él).
Esto puede ayudarte a tener una idea del grado de estrés o ansiedad de tu gato en una situación determinada. Cuando tu gato se agita, puede mover la cola de una manera más rápida y con más fuerza. Este tipo de movimiento es una señal de que tu gato está abrumado por la situación y no la está disfrutando.
Si a tu gato le preocupa la situación, también puede que baje la cola y la envuelva debajo de su cuerpo o alrededor de su costado si está tumbado.
Las orejas de un gato están cargadas de información. Cuando las orejas de tu gato están hacia adelante y ligeramente hacia un lado, es probable que se sienta relajado. Cuando tu gato está realmente interesado y emocionado, sus orejas pueden ponerse puntiagudas hacia delante.
Las orejas de tu gato pueden temblar un poco mientras sigue un sonido, pero las orejas de contracción rápida pueden ser indicativas de nerviosismo e incertidumbre. Un gato que tiene miedo o está agitado puede mover sus orejas hacia su cuello y fijarlas firmemente contra su cabeza o moverlas hacia los lados para que se asemejen a las alas de un avión.
Los ojos de tu gato ayudan a contar la historia de su estado interior. Cuando esté contento, sus pupilas tendrán un tamaño normal (no dilatado) y sus ojos estarán abiertos o tal vez ligeramente cerrados, si está especialmente relajado.
Si tu gato está excitado y al borde de ser agresivo o de huir, sus pupilas pueden cambiar de forma, ya sea dilatándose o contrayéndose, y sus ojos pueden parecer rígidos.
Si tu gato está mirando algo con una mirada fija, por ejemplo, un pájaro u otro gato, esto es una señal de que se está preparando para atacar. Por otro lado, si tu gato se siente temeroso, puede evitar el contacto visual y puede exhibir un movimiento ocular rápido mientras evalúa la situación y busca una ruta de escape.
Cuando tu gato está relajado, sus bigotes sobresalen de su cara, donde son menos perceptibles. Sin embargo, cuando está interesado en algo, sus bigotes pueden moverse hacia adelante y hacia atrás, volviéndose más rígidos. Cuando tu gato está asustado, puede sostener sus bigotes planos contra su cara.
Lamerse repentinamente puede ser otra señal de que tu gato está inquieto. Si tu gato se está lamiendo los labios y no está comiendo, puede tener miedo a algo. Por la misma razón, un gato nervioso puede comenzar a acicalarse excesivamente.
La respiración de un gato relajado suele ser lenta y profunda. El mantiene sus garras escondidas a salvo y se mueve de manera relajada.
Cuanto más agitado esté un gato, más se tensarán sus músculos. Si tu gato se queda inmóvil por completo, puede significar que está a punto de luchar, huir o, abalanzarse sobre algo/alguien. Un gato estresado se moverá de forma rígida.
Un gato asustado puede disminuir su ritmo y caer al suelo cuando tiene miedo (aunque esta postura puede simplemente indicar que se está preparando para saltar sobre algo). Cuando tu gato se pone nervioso, sus garras pueden extenderse; además de respirar de manera superficial y rápida.
Un gato temeroso puede tratar de cambiar la apariencia de su tamaño: su pelaje puede desprenderse. Puede arquear la espalda para verse más grande o puede intentar parecer más pequeño encogiéndose con las extremidades sujetas con fuerza contra su cuerpo.
Siempre debes prestar atención a las reacciones físicas de tu gato ante una situación. Por ejemplo, si estás sosteniendo a tu gato y el está mirando hacia abajo, endureciendo su cuerpo e inclinándose hacia ti, está pidiendo que le dejes bajar. Respeta su petición y déjale caer suavemente antes de que se sienta forzado a recurrir a las garras.
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